Ya estamos en Internet

Hermanos y amigos:

Desde hacía bastante tiempo me rondaba por la cabeza el poder disponer de un espacio en Internet, donde poder compartir nuestras vivencias durante todo el año y no sólo durante los días de la igualá, los ensayos, cultos y finalmente el maravilloso Jueves Santo, uno de los días que brilla más que el Sol.

El pasdo mes de noviembre, durante la tradicional comida de las cuadrillas de capataces y costaleros de la Hermandad de la Exaltación, tuve el inmerecido honor de recibir por parte de mi capataz, Emilio Moreno, un cuadro con una foto de nuestra titular.

Fue un momento de intensa emoción, de nudo en la garganta para los que nos cuesta mucho llorar y para los que valoramos también mucho, las lágrimas sinceras de un amigo, de un maestro como ha sido y es Emilio, no sólo frente a un paso, sino creando familia alrededor de una parihuela, alrededor de un paso, el de la Virgen de las Lágrimas.

Si difícil es llevar un paso, más difícil es mantener la llama viva de la unión entre los hombres de la trabajadera y él lo hace con una naturalidad manifiesta, sin aspavientos, sin grandes "semipregones" delante del paso, pero con la voz sincera, emotiva y desde lo más profundo de su corazón, algo que se capta rápidamente desde abajo y que permanece cuando estamos fuera.

Han sido 23 años bajo las trabajaderas de la Virgen de las Lágrimas. Han sido muchas chicotás duras y otras no tan duras, pero sobre todo, llenas de emoción, de sentimiento, de cariño entre los miembros de la cuadrilla. Cuán reconfortante era saberse querido debajo del paso, sentirse miembro de un equipo, mejor dicho, de una familia que unida, paseaba y pasea a su madre, con las mejores galas, por las calles de Sevilla, derrochando elegancia, saber hacer, sentimiento...

Ya lo decíamos en noviembre... No sabemos si será la cuadrilla que anda mejor (creo que si), no sabemos si será la cuadrilla más fuerte (creo que si), no sabemos si es la cuadrilla más famosa... pero de loque no cabe duda es que es la cuadrilla que más se quiere y ese es un signo claro de los cristianos: el amor al prójimo y ella, así nos lo recompensa.